¿Enseñanza con o sin las nuevas tecnologías?
Una vez más, me encuentro en este espacio libre y abierto en el que puedo compartir mis ideas, mis pensamientos, mis opiniones y todo lo que me gusta respecto a la enseñanza de lenguas extranjeras. Este blog está pensado en crear un lugar seguro donde se pueda debatir y compartir, opinar y realizar críticas constructivas, pero en esencia, está pensado en aprender y enseñar.
Nota personal: (Y es que en realidad nunca habría pensado que una herramienta como esta -que ya tenía su impacto y su popularidad en su auge durante tiempos antes de la "famosa" pandemia del 2020- volvería tan precipitadamente a mí después de muchos años de no usarla)
Sin duda alguna nos encontramos en tiempos en los que la tecnología abunda (y de manera proporcional) en nuestras vidas y qué haceres. La escuela es uno de esos espacios en los que se cohabita mano a mano con estas llamadas 'TICS', y es que ya no podemos hablar únicamente de la escuela que solíamos conocer: aquella que resultaba ser presencial, con una pizarra en blanco, salones llenos de pupitres y mesas en los que se sentaban nuestros alumnos y podíamos ver en tiempo real lo que hacían al convivir con sus compañeros. Esa era mi escuela cuando era estudiante de mi licenciatura y cuando era profesor de inglés en un centro de idiomas.
Hoy día, ya no nos sentamos en aquellas mesas frente al docente; hoy nos sentamos frente a nuestras pantallas del ordenador a observar como espectadores a nuestros estudiantes que están físicamente alejados, en sus casas, pisos, o donde quiera que estén. Ahora bien, estos son (o solían) productos de una pandemia que, al menos en Latinoamérica y gran parte del mundo, gestionó un cambio repentino en la forma de ver la tecnología como un medio y no solo como una herramienta para la enseñanza de las artes y las ciencias.
Durante mucho tiempo creía que la tecnología en la enseñanza de idiomas podía ser un elemento clave para dar un paso adelante hacia la modernidad y sus múltiples beneficios que tenía por ofrecer; sin embargo, también creía que era una realidad lejana a lo que personalmente estaba tan acostumbrado: mala conectividad, pocos recursos, etc. Pero más allá de lo que era ideal o conveniente, había una realidad, y es que la enseñanza de lenguas extranjeras a través de entornos tecnológicos y de multimedia es un plus, pues vivimos en tiempos en los que la tecnología ha creado recursos tecnológicos y lingüísticos poderosos para apoyar la comunicación diaria como traductores instantáneos, programas para ofrecer clases online, herramientas que proporcionan archivos multimedias con inputs impecables para los estudiantes, espacios para nutrir la formación docente y la cooperación entre los mismos, y más.
Es una realidad que para cada docente la tecnología puede suponer un reto o un apoyo. Todo depende de cómo se vea. En lo personal, siempre estaré en el segundo espectro, pues desde mi experiencia me he visto enriquecido de las miles y miles de posibilidades con beneficios que la tecnología provee cuando las incluyo en mi didáctica. Estos son tiempos en los que nos podemos permitir incluir algo tan increíble como la tecnología, así que respondamos a las siguientes dos preguntas cuando nos cuestionemos su implementación: ¿en qué puede beneficiar a mis estudiantes? y ¿en qué me beneficia a mí como docente de ELE o de cualquier lengua extranjera? Seguramente encontraremos muchísimas respuestas y posibilidades.

Comentarios
Publicar un comentario